Don Chocobar: 40 años de servicio, valores y excelencia técnica en Martel
#HistoriasMartel
En Martel, tenemos una particularidad que nos enorgullece: una alta tasa de colaboradores que llevan más de 20 años de trabajo continuo. Personas que no solo crecieron junto a la empresa, sino que también la hicieron crecer. Hoy contamos la historia de uno de ellos: Néstor Chocobar. O como lo conocen nuestros clientes, Don Chocobar.
Pocos colaboradores pueden hablar de una empresa con tanta propiedad como quien este año cumple 40 años de trayectoria, su historia representa los valores más profundos que defendemos: compromiso, honestidad, empatía y vocación de servicio.
La atención personalizada como clave en la venta de pinturas
“Para vender, tenés que estar bien desde que salís de tu casa. Bien bañado, perfumado, con ganas. Y sobre todo, tenés que interesarte por el problema del cliente.” Así comienza Don Chocobar la entrevista, dejando en claro que la venta, para él, nunca fue una transacción. Fue siempre una relación humana.
Su enfoque es simple y profundo a la vez: escuchar, comprender, asesorar con honestidad. “No se trata de vender lo más caro, sino lo que el cliente realmente necesita. Si lo tratás bien, ese cliente vuelve siempre. No vendés una sola vez, vendés para toda la vida.”
Una historia de valores y compromiso
Don Chocobar recuerda con admiración su vínculo con don Fernando Martel (padre), de quien aprendió la importancia de la palabra, la transparencia y el respeto. “Don Fernando te decía ‘vení el miércoles’ y el cheque estaba listo. Esa palabra vale más que cualquier cosa.”
También destaca la evolución de la empresa con el liderazgo actual de Javier Martel, reconociendo su visión moderna, sus iniciativas como la marca propia MARTEL y los cambios estructurales que profesionalizaron aún más el negocio. “Javier tuvo otra óptica. Transformó la empresa sin perder lo esencial: la cercanía con la gente.”
Asesor técnico, formador y referente humano
A lo largo de los años, Don Chocobar se convirtió en un referente para compañeros y clientes. Su capacidad para explicar, resolver, acompañar y hasta guiar por teléfono a quienes necesitaban ayuda con un producto, lo convirtieron en mucho más que un vendedor.
También probó cada producto antes de recomendarlo, ofreciendo no solo conocimiento técnico, sino también confianza basada en la experiencia. “Un buen vendedor prueba lo que vende. Porque si vos no lo conocés, ¿cómo lo vas a defender?”
Cada vez que un cliente vuelve y pide hablar con “Don Chocobar”, no está buscando solo un producto: está buscando confianza, saber que lo van a escuchar, y que le van a dar la solución justa. Esa es la marca que deja un verdadero profesional. Y eso, es lo que lo vuelve inolvidable.
Un consejo para las nuevas generaciones
Cuando se le pregunta qué consejo daría a los vendedores más jóvenes, responde con claridad:
“Aseo, presentación, respeto. Aproximarse con empatía. Y sobre todo, vender lo que el cliente necesita. No lo más caro. Si lo tratás bien, ese cliente vuelve siempre.”
Un legado que representa los valores de Martel
Su historia nos recuerda que, detrás de cada mostrador, hay personas que hacen de la atención un acto humano, que con cada lata de pintura entregan también confianza, calidez y conocimiento.
En Martel, celebramos y agradecemos a quienes hacen la diferencia desde el ejemplo diario.
Porque donde hay personas como Don Chocobar, hay obra, hay historia… hay Martel.
¿Alguna vez fuiste atendido por Don Chocobar? Contanos tu experiencia usando #HistoriasMartel