Limpiar la superficie de modo de eliminar suciedad, óxido y restos de materiales anteriores no bien adheridos, descascarados o deteriorados (ampollas, cuarteos,
etc.), con la ayuda de un cepillo.
Trabajar con 2 paños limpios, uno impregnado con Desengrasante y otro seco. Pasar el paño húmedo sobre la superficie a limpiar, siempre en la misma dirección y con pasadas paralelas. Secar repasando inmediatamente con el otro paño.
En caso de superficies pintadas, previamente verifique el curado de la capa de pintura.
Aplique inmediatamente antes del pintado para evitar nuevas contaminaciones.